México fue el hogar de una de las culturas de
cine más pintorescas y diversas: no muchos otros países tenían tan amplia
producción, diversidad de géneros y tantos directores de cine.
La excelencia del cine
mexicano fue fundada en su fuerza comercial; México proveía a todos los
mercados hispanohablantes de Centro-América y de América del Sur, obteniendo
varios éxitos taquilleros también en Estados Unidos.
La edad de oro en México fue de 1935 a 1958. Estableció el
melodrama como forma de vida y representó de manera peculiar al macho, a la
mujer y al cómico.
La llegada de los diálogos
al cine dañó al cine mexicano; pero los directores de cine pudieron emanciparse
de Hollywood y realizar películas fácilmente comprensibles por la audiencia
autóctona (y a menudo analfabeta). La dicha de tener su propio cine se alineó
con el gobierno de Lázaro Cárdenas, el cual quería nacionalizar las artes.
En los años 50, la producción
de cine mexicano alcanzó la cumbre, al mismo tiempo que dejaba de funcionar
como una industria viable: el sistema de monopolio estatal colapsó y la
televisión terminó con ello. Lo que queda hoy en día son las propias películas,
la mayor evidencia de una cultura de cine completamente independiente y
efectiva como pocas en la historia del cine.
Películas como: La mujer de nadie (1937), Doña Bárbara (1943) y la Cucaracha (1958).
http://www.youtube.com/watch?v=2iJWAYJxJRU
www.guiadeviena.com/?p=56&l=3&id=50 - Austria
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